Después de la creación y la destrucción de los
4 Soles, la tierra, Tlaltícpac, estaba hundida por las tinieblas; Así
que los dioses se volvieron a juntar en Teotihuacán
para crear al Quinto Sol. Por lo que acordaron que Tecuciztécatl y
Nanahuatzin ayunaran por 13 días para purificarse en cuerpo y espíritu
para lanzarse a la fogata, pero al final Tecuciztécatl no quiso
sacrificarse, por lo que Nanahuatzin lo hizo sin titubeos.
Y fue cuando
desde el Horizonte surge Nanahuatzin como el Quinto Sol, convirtiéndose
en Tonatiuh, el dios del nuevo Sol, al que todos los dioses, al verlo,
aclamaron. Pero en seguida surgió desde el Oriente otro Sol, el
arrepentido Tecuciztécatl, pero los dioses acordaron que no podían
existir dos soles al mismo tiempo, por lo que lanzaron un conejo sobre
el rostro de Tecuciztecatl para opacar su luz y se convirtió en Meztli,
la diosa de la nueva luna.
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